Visitar su centro histórico: Chiclayo se caracteriza por su emblemática Catedral, cuyo diseño corresponde al francés Gustave Eiffel, mismo diseñador de la famosa torre parisina. Esta edificación, ubicada frente a la Plaza de Armas de la ciudad, está rodeada por otra de igual importancia arquitectónica: el Palacio Municipal de Chiclayo (de 1919), que actualmente funciona como un museo.
Disfrutar de sus museos: una ciudad con tanta historia no puede dejar de tener importantes museos que ejemplifican las diferentes civilizaciones que la habitaron.
Entre ellos destaca el Museo Tumbas Reales del Señor de Sipán, con su increíble colección de más de 600 piezas de la tumba del Señor de Sipán, un famoso gobernante mochica. Así mismo, también está el Museo Nacional de Sicán, a apenas 20 kilómetros del centro de Chiclayo, donde podrás ver ajuares funerarios, muestras de cerámica, metalurgia y orfebrería relacionadas a la cultura Sicán.
Conocer sus complejos arqueológicos: Lambayeque es una de las zonas que más ha conservado sus vestigios de civilizaciones prehispánicas. Por ello, cerca de Chiclayo hay diversos complejos arqueológicos como la Huaca Rajada, una de las más señaladas, donde se encontró la tumba del Señor de Sipán. Por otro lado, el complejo Chotuna- Chornancap, a 8 kilómetros de la ciudad, sobresale porque allí se pueden observar los restos de pirámides truncas, huacas y diversos murales que representan a las culturas Moche y Lambayeque. También destacan sitios como las Ruinas de Zaña, una ciudad fantasma que fue destruida en la colonia por piratas; los petroglifos de Cerro Mulato o el geoglifo Águila de Oyotún.
Enamorarse de sus balnearios: las costas peruanas son indudablemente hermosas. Solo en Chiclayo puedes encontrar lugares como el Balneario de Pimentel, ideal para hacer deportes acuáticos; las playas de Puerto Eten, de aguas tranquilas; la caleta Santa Rosa, caleta San José, playa Las Rocas o Media Luna, entre muchas otras. En lugares como Pimentel o Puerto Eten encontrarás un delicioso malecón para pasear, comer o adquirir artesanías. Cabe destacar que las fotos de atardeceres desde estos sitios son maravillosas.
Pasear por sus parques: Chiclayo tiene diversas áreas verdes que han sido recuperadas gracias a un proceso de limpieza que apunta a la transformación a una ciudad ecológica. Por ejemplo, alrededor del Paseo de las Musas o en el Parque Principal, en la Plaza de Armas, puedes rodearte de hermosos árboles y disfrutar de la naturaleza chiclayana.
Conocer sus zonas comerciales: esta ciudad está creciendo de forma paulatina. Antes su centro, lleno de bazares, restaurantes y tiendas, era el eje comercial principal para sus habitantes. No obstante, con la llegada de centros comerciales como el Real Plaza y próximamente el Mall Aventura Plaza, la ciudad se va llenando de innovadoras tiendas, ofreciendo nuevas zonas comerciales.
Hacer un tour gastronómico: La comida en Chiclayo no es la excepción: desde su arroz con pato, su cabrito a la norteña, pasando por sus tortitas de choclo o su ceviche 3 maneras (realizado con 3 carnes distintas, generalmente de pescado) son platos que sacuden el paladar. Entre la comida lambayecana también resaltan la causa ferreñafana, pepián de pavita, cachangas de queso, panquita de life, entre muchas otras delicias. ¡Comer en Chiclayo es toda una aventura culinaria!.